Cambiando las injusticias que no podemos seguir aceptando: Tres pasos para contribuir a la justicia social desde tu lugar de trabajo.
Por Lilian Medina Romero.
Este día nos recuerda que tenemos la responsabilidad colectiva de utilizar nuestros privilegios sociales, económicos, académicos y/o geográficos para desmantelar y enfrentar los sistemas de opresión que son el origen y la base de las desigualdades sociales.
En el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Justicia Social (20 de febrero) recordamos que hace tres años tomamos una decisión motivada por las desigualdades evidenciadas en la pandemia (especialmente para las mujeres del Sur Global e in/migrantes en Estados Unidos): creamos The Bridge Sisters, una empresa consultora de impacto social, arraigada en valores feministas, que es a la vez una suerte de experimento socioeconómico, que pretende redefinir el modelo tradicional de negocio promoviendo la justicia social a través de los proyectos con los que trabaja. Este día nos recuerda que tenemos la responsabilidad colectiva de utilizar nuestros privilegios sociales, económicos, académicos y/o geográficos para desmantelar y enfrentar los sistemas de opresión que son el origen y la base de las desigualdades sociales. Que podemos y debemos aprovechar nuestra posibilidad de acceder e influenciar en diferentes espacios de poder o decisión para impulsar transformaciones estructurales en nuestras comunidades. A continuación, compartimos tres pasos que puedes dar para promover la justicia social desde tu trabajo.
★ Visibiliza y amplía las voces de personas marginalizadas: Utiliza el poder de tu plataforma y dale espacio a las voces que a menudo no son escuchadas. Si facilitas espacios de discusión, asegúrate de darle protagonismo y lugar a las perspectivas, experiencias y conocimientos de las personas negras, indígenas u otras personas racializadas, in/migrantes, LGBTIQA+ y otras personas marginalizadas. Invita a colegas y personas de estas poblaciones que quieran y puedan compartir sus posturas. Préstales toda la atención y escúchales activamente con la intención de aprender. Evita hacer suposiciones sobre vivencias que no te atraviesan, ni hables en su nombre basándote en lo que crees saber sobre sus experiencias. Este paso, pequeño pero muy potente, ayuda a desmantelar los prejuicios sistémicos y promueve una cultura de igualdad. Por último, busca activamente sus perspectivas, haz referencia y apoya su trabajo, ideas, negocios y aportes.
★ Defiende políticas inclusivas: Promueve políticas que fomenten la inclusión en tu lugar de trabajo. Esto implica reconocer y tener en cuenta la diversidad de género, origen y antecedentes económicos, sociales y culturales para atender las necesidades individuales y determinar cómo trabajará y se relacionará tu equipo. Sé una fuerza de transformación atendiendo las necesidades particulares de cada miembro de tu equipo, impulsando políticas de licencia por maternidad/paternidad especiales y medidas contra la discriminación. Esfuérzate por crear un entorno en el que todas las personas reciban una remuneración justa, sean tratadas por igual y se sientan valoradas, respetadas y en un lugar seguro.
★ Cuestiona tus prejuicios, edúcate y comparte con quienes puedan beneficiarse de ese conocimiento:La educación es una herramienta poderosa para la lucha por la justicia social, pero sólo funciona cuando desafías tus propias creencias, ya que la mayoría de ellas están influenciadas por estereotipos impuestos por el patriarcado, el racismo, el capitalismo y otros sistemas de opresión, así como ideas religiosas conservadoras que forman parte de nuestra socialización. Una vez que lo hayas hecho, busca información sobre los retos a los que se enfrentan las comunidades marginalizadas. Asiste a talleres, participa en conversaciones que amplíen tu perspectiva y busca lecturas que cuestionen tus posturas. Asegúrate de que las fuentes que elijas, académicas y no académicas, estén escritas por las voces de personas marginalizadas.
Bonus: También puedes contribuir haciendo donaciones, voluntariados y apoyando a activistas y a organizaciones que trabajan por la justicia social; votando por personas que representen los intereses de las comunidades marginalizadas; y limitando el consumo de productos comercializados por grandes corporaciones con prácticas y políticas perjudiciales para sus empleados, la sociedad o el ambiente.
Cuando pongas en práctica estas acciones, haz conciencia de tus privilegios y posición de poder —especialmente si eres una persona blanca que vive en el Norte Global— en relación con las acciones que estás llevando a cabo para promover la justicia social para las personas marginalizadas. Reconoce su origen, identidad y conocimientos y actúa con respeto. Acepta que no eres superior y no esperes recibir reconocimiento especial por tus acciones, pues estas personas han sido oprimidas por los mismos sistemas que te han concedido los privilegios de los que hoy disfrutas.
Hagamos del Día Mundial de la Justicia Social un llamado a tomar acción en contra de las injusticias, desde nuestros distintos lugares de enunciación. Sigamos buscando maneras de utilizar nuestra voz, trabajo, plataformas profesionales y nuestros privilegios, a favor de una sociedad más justa y equitativa para todas las personas.